domingo, 6 de marzo de 2011

El triunfo de los mediocres

Ya lo decía Emilio Duró en su conferencia más famosa: "Aléjate de los cenizos, te amargan la vida". A Ettore Messina le han obligado a irse los cenizos, los perdedores, los manipuladores, los intoxicadores...LOS MEDIOCRES.

Lo habéis conseguido, podéis estar orgullosos, Ettore Messina se va. Coged su cabeza y ofrecédsela al pueblo. Gritad, brindad con vino y cerveza y congratulaos del éxito. "Lo hemos conseguido, hemos destruido a uno de los mejores de Europa". Orgullo de periodismo podríamos llamarlo. Hoy en día el periodismo, en un altísimo porcentaje, se ha olvidado de INFORMAR para dedicarse casi exclusivamente a MANIPULAR Y DESTRUIR.

Los periodistas, como bien me dijo Rafa Vidaurreta en su Twitter, se dividen "entre los que te la chupan y los que te la muerden". Y ojo, ambos son igual de destructivos. La imparcialidad ya no existe, ya sólo existe la manipulación para la consecución de un fin. Lo peor, lo verdaderamente asqueroso es que la afición se ha convertido en la continuación del periodismo, se han dejado manipular, se han dejado llevar por la masa borreguil, lo cual no sorprende cuando el 80% de la gente de este país es absolutamente gilipollas.

No digo que sea ésto lo que ha pasado con Ettore, que también, ya que no sabemos lo que pasaba en ese dichoso vestuario, y quizá nunca lo sabremos, lo cual me parece bien. Pero eso da igual, da igual los motivos, lo que denuncio es a toda esa gentuza, a toda esa calaña que desde que llegó a Madrid se dedicó a menospreciarlo, destruirlo, desprestigiarlo, criticarlo y un sin fin de verbos negativos acabados en 'rlo'. Perdedores, que sois todos unos perdedores, acomplejados. ¿Sabéis lo peor? Que no tiene solución, estáis abocados a ello para toda vuestra vida, porque sois insulsos, estáis vacíos, sois mierda por dentro, y necesitáis destruir a los demás para sentiros mejor.

Enhorabuena mediocres, disfrutad de vuestro éxito. Ahora a por Mourinho, y a por Molin y a por el que venga. Ánimo.

Hasta siempre, Ettore.