Sábado 23 de octubre de 2010. 12.00.
Mi madre me sorprende en el desayuno con lo siguiente: "¿Sabes de lo que se ha enterado tu padre? Que se ha suicidado la del 3º". Es una chica joven, de unos treinta y tantos, con una hija de siete años. Un drama. Se lo ha contado a mi padre su casero, José Luis, alias "El Guarro". Por lo visto el martes amaneció muerta con signos aparentes de suicidio, ha estado la policía, el piso está precintado y han comenzado a investigar el suceso. "¿Tú no te has enterado de nada hijo?".
Se me ha venido la Comunidad encima. Mis padres en verano se van de vacaciones a la playa y me dejan al cargo de la casa...y del edificio. Hasta el viernes que volvieron fui el Presidente en funciones de ésta nuestra Comunidad. He tenido que ir al banco a pasar recibos, encargarme de poner notas amenazantes para mantener el orden. En fin, la vida de un presidente. Pero no contaba yo con tener que encargarme de un suicidio. Siempre pensé que en Aquí no hay quién viva pasaban cosas rocambolescas, pero esta situación me ha superado.
Ha sido una semana en la que he estado mucho en casa y me resultaba muy raro no haberme enterado de nada, ni de visitas de la Policía, ni ruidos raros, ni funerarias. Nada. Perplejo me hallo. ¿Qué tipo de Presidente de la Comunidad soy que no se entera de la noticia más espectacularmente preocupante de los 23 años de vida del edificio? Bajonazo. A Mou no le pasaría, él habría hecho scouting de todos en mayo. Me habría puesto al día, y de esa manera el devenir de la Comunidad estaría bajo mi supervisión. Un Presidente total, 360º, así debía haber sido.
Domingo 24 de octubre. 19.00.
Estoy solo en casa. Suena el timbre. Pregunto, y se escucha "soy la vecina". Hay 3 vecinas en el bloque y no me parecía ni la voz de La Loca ni la de La Caracaballo. "Espera un momento, que no tengo las llaves aquí" le digo. Vuelvo con las llaves y me asomo a la mirilla. "No puede ser", me exclama una voz desde el interior. Ya era demasiado superar el suicidio de una convecina como para tener que empezar ya con los sucesos paranormales. La política de cómo llevar los fantasmas vagando por el edificio no está contemplada en los Estatutos. Me viene grande.
"Oye, que vengo a deciros que estoy viva, que no me he matado. No sé de dónde se lo habrá sacado José Luis". A su expresión "estoy viva" no he podido responder otra cosa que "ya...creo que ya lo veo". Mi mente se ha ido de inmediato al final de la película El Crimen de Cuenca. Quién la haya visto sabrá de lo que hablo: "¡¡Que soy yooo!! ¡Que estoy vivoooo! ¡Que no me han mataooo!".
Todo cobró sentido. ¿Cómo fiarse de una información que estaba dando un hombre al que apodamos El Guarro? No quiero ni imaginar la sucesión de subnormalidades que se habrán producido para llegar a este espeluznante suceso. Mi padre ya está llevando a cabo la investigación. Esta vez sí, la investigación EXISTE.
Eso sí, la pobre chica era la única del bloque sin mote. Ahora sí. La muerta.
Un estupefacto saludo.
PD: os dejo con un video fresquito para quitarle hierro al asunto.
Esto, casi te da para un corto.
ResponderEliminarSí, hablando de "corto", creo que Marianico el Corto podría interpretar perfectamente el papel de El Guarro
ResponderEliminarLos pelos como escarpias se me han puesto...¿Pero en qué clase de comunidad vives?
ResponderEliminar¿Cómo se te puso la cara al ver a la muerta...?
ResponderEliminarLo primero que pensé fue..."la chica de la curva vive en mi edificio"
ResponderEliminarEmancipate!!!!!!
ResponderEliminarkieor novedades , y las quiero ya vale!!!!
ResponderEliminarvale la de las novedades eraa no qu eno tengo ni zorra de como va esto!!!
ResponderEliminarY el resto que prometiste....
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